Teníamos que interceptar bombarderos al NO de Estalingrado. Un schwarm. Soy el número Tres. Oberfeldwebel.
Localizamos los bombarderos. Son varias escuadrillas de tres Pe-2. Inicialmente no vemos escolta así que nos separamos y empezamos el ataque con nuestros cañones subalares.
Consigo dañar dos aparatos gravemente, aunque sólo uno se estrella.
Sólo me ha llevado un par de minutos, pero por el rabillo del ojo observo cuatro sombras a mis siete. Son I-16 y por poco me cazan. Ni los había visto.
Como los bombarderos los he atacado con velocidad en pasadas largas y con energía, tengo posibilidades de escapar. Trepar o virar con este aparato, con cañones subalares y contra Polikarpov I-16 no es una opción, así que pico, paso a baja cota y meto gases hasta sobrepasar los 500 km/h en rumbo Sur (a base).
Los cazas soviéticos no pueden alcanzarme (suerte que no eran La-5, mucho más rápidos y con los que ya me he enfrentado en vuelos anteriores...).
Cuando veo el aeródromo me ilumino, me reciben las consabidas bengalas desde tierra y me preparo para tomar. Con los cañones subalares es recomendable mayor velocidad en corta final. De repente veo disparar la Flak pesada y ligera. Cinco I-16 me han seguido hasta casa. Estoy en la peor situación y sin energía.
Tomo apurado y rápidamente me aparto de la pista. La antiaérea sigue su serenata y los monoplanos enemigos no cejan en su empeño.
Finalmente los ruskies deciden no seguir tentando a la suerte y ascienden en rumbo norte, alejándose.
Más tarde sabré que mis tres camaradas no han regresado. Me he salvado porque empecé a correr justo a tiempo. Unos segundos más entretenido con los bombarderos y yo tampoco lo cuento.
