
Desde luego sí que fue una gozada ver a los IL-2 machacar sin compasión todo lo que se les ponía por delante. A todos los pilotos de Sturmoviks habría que hacerles un monumento en la Plaza Roja. Desde luego que si ganamos esta campaña, el 99% del mérito será exclusivamente suyo.


De hecho me los imagino así:
