Quien dijo miedo , todos los Val y a por ellos.
El USS Franklin (CV-13) escorado, en llamas y con la tripulación en cubierta el 19 de marzo de 1945, visto desde el crucero Santa Fe.
Antes del amanecer del 19 de marzo de 1945, el Franklin, que había maniobrado para estar a menos de 50 millas de Japón, más cerca que cualquier otro portaaviones estadounidense durante la guerra, lanzó una patrulla de cazas de exploración sobre Honshu, y más tarde, un ataque aéreo contra el tráfico marítimo del puerto de Kōbe. Súbitamente un único avión japonés, que se cree era un bombardero en picado, para unos un Yokosuka D4Y y para otros un Aichi D3A, salió de entre las nubes y volando a baja cota se dirigió hacia el portaaviones, contra el que lanzó dos bombas semiperforantes. El análisis de daños concluyó que las bombas eran de 250 kg (500 libras), y que ni los D4Y, ni los D3A' ni ningún monomotor japonés podían utilizarlas para bombardeo horizontal, por lo que podría haber sido un Aichi B7A. Los relatos tampoco se ponen de acuerdo sobre si el avión atacante escapó o fue derribado.
Sea como fuere, una bomba impactó en la línea central de la cubierta de vuelo, entrando en la cubierta de hangar, causando daños e incendios en las cubiertas dos y tres, y destruyendo el Centro de Información de Combate y la torre de control de vuelo. La segunda bomba impactó en la popa, atravesando dos cubiertas y provocando fuegos que incendiaron e hicieron explotar municiones, bombas y cohetes. El Franklin se empezó a escorar, inclinándose 13º a estribor, por lo que los miembros de la tripulación inundaron los compartimentos del otro lado del barco para impedir que volcara. En el ataque fallecieron 724 personas, mientras que hubo 265 heridos, que fueron rescatados por el crucero Santa Fe (CL-60), que ayudó a sofocar las llamas que cubrían al Franklin, además de transportar también los cadáveres. A pesar de los graves daños sufridos en el ataque, el USS Franklin pudo navegar y poner rumbo a Nueva York, donde sería reparado.
