Este ejemplar se restauró a partir de los restos de un I-16 encontrados en 1992 en Rusia, tras haber realizado un aterrizaje forzoso hacia 1941 en Karelia, durante la guerra ruso-finlandesa. Tras un minucioso proceso de restauración, hizo su primer vuelo en Rusia seis años más tarde. La FIO lo adquirió por 350.000 dólares a la Alpine Fighter Collection de Nueva Zelanda, entidad que en la actualidad se encarga de restaurarlos y ofrecerlos a museos, instituciones o personas que deseen adquirir este tipo de aviones
"Y gracias a la pericia del piloto salvóse el patín de cola"