De hecho, cuando se dan cuenta que ni con dos tractores pesados es posible remolcarlo, optan por arrancarlo para sacarlo con su motor y sobre sus orugas. Y funciona, no se hunde la suspensión ni gripa el motor.
Curiosidad: inutilizan el cañón a soplete en esos mismos instantes. Se ve que no tuvieron tiempo en los sesenta años anteriores...
