
Desde la mañana del 16, las tropas del Primer Ejército están empantanadas en el Bosque de Hurtgen. Los alemanes venden caro cada palmo de terreno. La lluvia, el frío y la niebla, tiene ateridos a nuestros soldados. Las peticiones de apoyo a la artillería y a la aviación son cada vez mayores, pero el problema radica en que los densos bosques hacen prácticamente inútiles nuestros vuelos.
19 de noviembre de 1944. 09.00h. Hoy atacaremos las posiciones enemigas que los observadores terrestres nos marquen desde tierra, en un intento de no desperdiciar tantas bombas y de ser más efectivos.
La mala visibilidad por las nieblas (ha parado de llover) hará que nuestros aviones sean visibles sólo a escasa distancia (desde tierra). Cuando nos vean llegar, los observadores lanzarán bengalas rojas para llamar nuestra atención, y posteriormente, morteros con granadas marcadoras/señalizadoras de humo rojo, empezarán a caer sobre las posiciones enemigas detectadas. Nuestra misión será utilizar nuestras bombas y cohetes sobre dichos puntos marcados (prácticamente a ciegas, guiados por el humo).
*Nota: en la realidad, para este tipo de operaciones los P-38 del 402nd FS utilizaron napalm. De las primeras veces empleado en Europa. Como carecemos de tal carga, utilizaremos bombas de propósito general de 1000LBS.
Las tropas de Hodges esperan pacientemente al otro lado del enorme claro de Kleinhau. El enemigo les aguarda atrincherado, oculto, en los bosques al Este. Nuestros observadores informan de un inaudito fuego enemigo de ametralladora en la zona.


Hay disponibles ocho P-38J-25 y dos P-47D-28 (con posibilidad de alterar levemente esos números según demanda). La misión se volará el viernes 4 de junio a las 22.30h (22.15h briefing).